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Actualmente, la agricultura utiliza el 11% de la superficie terrestre para la producción de cultivos y la tasa de crecimiento en los últimos 50 años de superficie cultivada ha sido del 12%. La producción agrícola ha crecido entre 2,5 y 3 veces durante el mismo período. Este buen crecimiento se debe gracias a un aumento significativo en el rendimiento de los cultivos principales. Sin embargo, los logros mundiales de producción en algunas regiones han causado una degradación de la tierra y los recursos hídricos, y el deterioro de los servicios ecosistémicos (SOLAW, 2011). Los servicios ecosistémicos del suelo incluyen el almacenamiento de carbono, el almacenamiento y el abastecimiento de agua, la biodiversidad y los servicios sociales y culturales. Mejorar el contenido de carbono del suelo es un proceso a largo plazo, que también disminuye la tasa de erosión, e incrementa el secuestro de carbono para mitigar el cambio climático.
En San Sebastián Tepalcatepec, San Pedro Cholula, Puebla, nos reunimos para Formular Biofertilizante Artesanal con un entusiasta grupo de agricultores de las localidades de Coronango, San Diego, Juan C Bonilla, Huejotzingo y Nealtican. Durante el evento de campo organizado el pasado 2 de agosto del 2019, hicimos el compromiso de orientar a los pequeños agricultores en el proceso de la formulación de este importante abono, la sede fue en el predio de nuestro Socio ANAC Pablo Rodríguez Colex.
La mayor parte del proceso de formulación del Biofertilizante Artesanal se basa en la propuesta que hace Jairo Restrepo Rivera en su libro el ABC de la Agricultura Orgánica y Panes de Piedra, Biofertilizantes preparados y fermentados a base de mierda de vaca.
Los biofertilizantes son súper abonos líquidos con mucha energía equilibrada y en armonía mineral, preparados a base de mierda de vaca muy fresca, disuelta en agua y enriquecida con leche, melaza y ceniza, que se ha colocado a fermentar por varios días en toneles o tanques de plástico, bajo un sistema anaeróbico (sin la presencia de oxígeno) y muchas veces enriquecidos con harina de rocas molidas o algunas sales minerales como son los sulfatos de magnesio, zinc, cobre, etc.
Funcionan principalmente al interior de las plantas, activando el fortalecimiento del equilibrio nutricional como un mecanismo de defensa de las mismas, a través de los ácidos orgánicos, las hormonas de crecimiento, antibióticos, vitaminas, minerales, enzimas y co-enzimas, carbohidratos, aminoácidos y azúcares complejas, entre otros, presentes en la complejidad de las relaciones biológicas, químicas, físicas y energéticas que se establecen entre las plantas y la vida del suelo.
Los biofertilizantes enriquecidos con cenizas o sales minerales, o con harina de rocas molidas, después de su periodo de fermentación (30 a 90 días), estarán listos y equilibrados en una solución tampón y coloidal, donde sus efectos pueden ser superiores de 10 a 100.000 veces las cantidades de los micronutrientes técnicamente recomendados por la agroindustria para ser aplicados foliarmente al suelo y a los cultivos.
¿Cuáles son los efectos que se pueden lograr con la aplicación de los biofertilizantes en el suelo?
Los efectos que se pueden lograr con la aplicación de los biofertilizantes en el suelo, entre otros, son:
• El mejoramiento diversificado de la nutrición disponible del suelo para las plantas.
• El desbloqueo diversificado de muchos nutrimientos que no se encuentran disponibles para los cultivos.
• El mejoramiento de la biodiversidad, la actividad y la cantidad microbiológica (ecoevolución biológica del suelo).
• El mejoramiento de la estructura y la profundidad de los suelos.
• Aumento de la capacidad del intercambio catiónico (CIC).
• Aumento de la asimilación diversificada de nutrimientos por parte de las plantas.
• Mejoramiento de los procesos energéticos de los vegetales a través de las raíces y su relación con la respiración y la síntesis de ácidos orgánicos.
• Estimulación precoz en la germinación de semillas y aumento del volumen radicular de las plantas.
• Aumento del contenido de vitaminas, auxinas y antibióticos en relaciones complejas entre raíz y suelo.
• Estimulación de la ecoevolución vegetal diversificada, para la recuperación, revestimiento y protección de los suelos con buenazas (capa vegetal verde).
• Estimula la formación de ácidos húmicos, de gran utilidad para la salud del suelo y los cultivos.
• Aumento de la microdiversidad mineral del suelo disponible para las plantas.
• Aumento de la resistencia de las plantas contra el ataque de enfermedades principalmente de las raíces.
• Mejoran la bioestructuración del suelo y la penetración de las raíces hasta las capas más profundas.
• Estimulan las rizobacterias como promotoras del crecimiento de las plantas y de la bioprotección.
• Aumento del tamaño y volumen de las raíces, con el incremento de la materia orgánica en el suelo (abonera orgánica subterránea).
• En muchos casos se pueden preparar biofertilizantes exclusivos que ayudan a combatir la salinidad de los suelos.
• Finalmente, debido a las características altamente quelantes que poseen los biofertilizantes, facilitan la nutrición equilibrada del suelo y maximizan el aprovechamiento mineral por los cultivos.
En el estudio realizado por la FAO sobre el Estado de los Recursos de Tierras y Aguas (SOLAW, 2011) se pone de manifiesto que en todo el mundo existen sistemas de producción agrícola muy vulnerables debido a la combinación de una excesiva presión demográfica y prácticas productivas insostenibles. Las cifras mundiales sobre la tasa de utilización y degradación de los recursos de tierras y aguas ocultan grandes diferencias regionales en su disponibilidad. La escasez de tierras y aguas, previsiblemente comprometerá la capacidad de los principales sistemas de producción agrícola para satisfacer la demanda de alimentos y la seguridad alimentaria. Estas limitaciones físicas pueden seguir agravándose en distintos lugares debido a factores externos, entre ellos, el cambio climático, la competencia con otros sectores y cambios socioeconómicos.
Ante el reto de la seguridad alimentaria, el cambio climático y la conservación del recurso suelo, conseguir una agricultura más productiva y resiliente requerirá una mejor gestión de los recursos naturales, como el agua, el suelo y los recursos genéticos a través de prácticas como la agricultura de conservación, la nutrición integrada y la conservación de materia orgánica, el manejo integrado de plagas y enfermedades y la agroforestería.
En ANAC AC mantenemos vigentes las acciones por recuperar la fertilidad de los suelos y conservar este importante recurso, adoptar y adaptar sistemas sustentables de producción que den fortaleza